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Los empleados de Fresenius Medical Care en Ecuador respondieron con premura después del terrible terremoto que azotó el país el 16 de abril del 2016, muchas veces poniendo en riesgo su propia seguridad para asegurar que no se interrumpieran los tratamientos a los pacientes en diálisis.
Desde entonces, todas las clínicas han sido reparadas y su infraestructura reforzada. Sin embargo, una mirada retrospectiva a la reacción al desastre demostró que nuestros trabajadores y nuestras clínicas estaban preparados, y probó la eficacia de los procedimientos de emergencia previamente establecidos.
Para muchas comunidades ecuatorianas, el sismo de 7.8 grados fue devastador. Murieron más de 670 personas. Los impactos más fuertes se recibieron en la provincia costera Manabí, donde Fresenius opera en 5 clínicas en las ciudades de Manta, Portoviejo, Chone y Jipijapa, con más de 1000 pacientes y 300 empleados.
María del Carmen Ron, Jefa de Enfermería en Fresenius Medical Care en Ecuador, se encontraba en su casa en Manta, cuando la tierra comenzó a temblar violentamente. “Aunque estamos acostumbrados a los temblores en nuestro país, sabía que este no era como los otros”-recuerda. “Por primera vez mis dos perros corrieron fuera, y los seguí, afortunadamente. Inmediatamente pensé en nuestros pacientes”
Temprano a la mañana siguiente, un domingo, el personal en Manabí acompañado de arquitectos, comenzó la inspección de las clínicas para asegurar que la entrada era segura y podían continuarse los tratamientos. Otros comenzaron a limpiar escombros, reparar daños y asegurar suministros de agua y electricidad. Aunque una de las clínicas tuvo que ser cerrada, los empleados llevaron las máquinas de diálisis a otras sedes para que estas tuvieran mayor capacidad. Más de 300 pacientes no pudieron recibir el tratamiento en su centro habitual, pero fueron trasportados gratuitamente a otras clínicas de la compañía.
Fresenius Medical Care, que comenzó sus operaciones en Ecuador en 2011, posee ahora en el país su propia y planta de producción y clínicas de hemodiálisis. Quito, la capital nacional en la sierra andina, no fue severamente afectada por el terremoto, sin embargo, en las oficinas centrales, el comité establecido para crisis también trabajaba temprano ese domingo. El comité está encabezado por Ana Cecilia Andino, Gerente de Finanzas. Ella contactó a los administrativos de las clínicas manabitas para conocer los daños y asegurar los medios para reanudar las diálisis al día siguiente todo lo normalmente posible.
Mientras tanto, desde las oficinas centrales se llamó a cada empleado en Manabí para saber si estaban bien- felizmente, sí lo estaban. Algunos sufrieron daños severos en sus hogares, pero rechazaron el ofrecimiento de la compañía de recibir amparo. Sin embargo, todos los empleados y sus familias en Manabí, pudieron acceder a suministros de emergencia de Fresenius, kits que contenían toallas, sábanas, comida y productos de higiene personal. Material de ayuda fue rápidamente enviado desde la planta de producción en Quito a las clínicas afectadas, un recorrido de más de 12 horas por carreteras.
“Sentimos el apoyo de la compañía todo el tiempo” dice la Dra Karen Cadena, quien encabezó el esfuerzo para mantener abiertas y funcionando las dos clínicas en Portoviejo, la ciudad más grande de Manabí. “Nos dieron la fuerza para seguir adelante, para seguir ayudando”.
Nadie en Fresenius Medical Care puede negar que el terremoto fuera un duro golpe para Ecuador. Sin embargo, el Gerente General Bolívar Cordero dice “Fue una oportunidad para demostrar que somos más que una compañía, somos una familia de gente buena y valiente. Esta terrible situación dejará una huella imborrable en cada uno de nuestros empleados. Sin embargo, ver como trabajamos unidos, aun en la más dura crisis, para ayudar a nuestros pacientes, ha hecho a nuestro personal más orgulloso y comprometido con la labor que realizamos. Eso es algo que también quedará.”